A mediados del Siglo XIX la situación en el norte de Italia era de una gran pobreza lo que se traduce en la emigración de aproximadamente 100.000 personas hacia los Estados Unidos de Norteamérica, Argentina, y otros países de América del Sur hacia la búsqueda de una vida mejor.

Al principio llegaron en pequeños grupos, la mayoría de origen rural, pero desde 1870 y hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Santa fe recibió un gran número de inmigrantes.

Los artículos de la Constitución Nacional daban amplias posibilidades  a aquellos extranjeros que quisieran poblar y trabajar en nuestro territorio. Los gobiernos de Santa Fe comprendieron las importantes consecuencias que tendría la inmigración e incentivaron su ingreso.

Como consecuencia de ello, arriban al Puerto de la ciudad de Santa Fe los primeros inmigrantes, que luego las empresas colonizadoras trataban de ubicar en diversos lugares de la zona rural.

Para cultivar el suelo, los primeros inmigrantes se establecieron en colonias agrícolas. Allí les ofrecieron tierras para trabajar. La provincia de Santa Fe se destacó por tener un número muy importante de colonias agrícolas. Los esfuerzos de los inmigrantes instalados en las colonias convirtieron a la Argentina, entre 1980 y 1930 en uno de los principales países proveedores de cereales.

Una de esas colonias fue denominada Colonia Franck: "En 1870 don Mauricio Franck decide fundar la Colonia Franck^[1] que está a solo dos leguas^[2] de la ciudad de Santa Fe y que permite a los colonos proveerse de mercaderías, como así de la venta de los productos del campo ."

En ese entonces la Colonia Franck^[3] solo tenía 160 habitantes que se ve aumentada en 1873 a 364 personas. Dicha población  se componía la mayoría por italianos, suizos, alemanes, franceses y algunos criollos.  Precisamente en el libro Nº 74, folios 113  y 114 de la Dirección General de Catastro Provincial, se anota a José Ropolo con cuatro (4) concesiones de campo en el año 1874.